Ubicada en un espacio emblemático de la Alameda Libertador Bernardo O’Higgins y junto al cerro Huelén o Santa Lucía, se encuentra la Biblioteca Nacional de Chile. Esta institución ha sido testigo de diversos acontecimientos que trascienden su función original, ya que su historia se remonta a los inicios mismos de la independencia de nuestro país.

Pocos años después de la formación de la Primera Junta Nacional de Gobierno en 1810, los miembros de la Junta de 1813 fundaron el periódico “El Monitor Araucano” y proclamaron la creación de la Biblioteca Nacional. Su objetivo inicial era permitir el acceso a textos que fueron donados por los habitantes de Santiago y otras ciudades. 

Aunque no fue posible hacer realidad este sueño durante el periodo de reconquista española, el ideal de tener una biblioteca nacional resurgió tras el triunfo patriota, por lo que, desde entonces, se probaron diversas ubicaciones para este fin, entre los que se encuentran, por ejemplo, los terrenos donde se ubican los Tribunales de Justicia.

El actual edificio de la Biblioteca Nacional, erigido entre 1913 y 1925, es el fruto de una rica historia. Su diseño arquitectónico refleja la estética característica de principios del siglo XX, empleando hormigón armado para resistir los frecuentes movimientos sísmicos en el territorio nacional, destreza que ha probado al mantenerse en excelente estado de conservación hasta la actualidad. Es importante destacar que todos los materiales utilizados en su construcción fueron de origen nacional, incluyendo el cemento suministrado por la fábrica El Melón.

La Biblioteca Nacional se encuentra en los antiguos terrenos de las Monjas Claras y es obra del arquitecto chileno Gustavo García del Postigo, quien le otorgó un estilo neoclásico. En su ala poniente se pueden apreciar hermosos jardines y una antigua locomotora que es visible desde la calle Mac-Iver. En su interior alberga obras de artistas y artesanos chilenos, así como trabajos realizados por el pintor Camilo Mori sobre la vida del bibliófilo José Toribio Medina y otras creaciones más recientes. Los pasillos están decorados con bustos de importantes figuras y cuadros de antiguos directores y personajes históricos.

El edificio alberga importantes obras, desde la biblioteca de los jesuitas hasta las de Egaña, Benjamín Vicuña Mackenna, Claudio Gay, Andrés Bello, José Toribio Medina, Diego Barros Arana y Guillermo Feliú Cruz, así como la Colección Matta Vial, entre otros.

En su interior también se encuentra el depósito legal, que recibe copias de todas las publicaciones realizadas en Chile, permitiendo aumentar el catálogo y patrimonio documental de nuestro país.

La Biblioteca Nacional tiene la misión de rescatar, preservar y difundir nuestro patrimonio bibliográfico. En línea con esta misión, ha dado un paso adelante al incorporar nuevas tecnologías para satisfacer las necesidades de todos los lectores. En 2003, se inauguró el portal de contenidos culturales y biblioteca virtual Memoria Chilena, que brinda acceso a los diversos materiales preservados por la Biblioteca Nacional de Chile.