La Casa Central de la Universidad de Chile representa la institución de educación superior más antigua del país, establecida en 1843 como una respuesta secular al dominio eclesiástico en la educación superior. Antes de su fundación, el ámbito académico estaba dominado por instituciones eclesiásticas y, más tarde, por la Real Universidad de San Felipe, establecida medio siglo antes de la creación de la Primera Junta Nacional de Gobierno en 1810. 

Diseñado por el arquitecto Lucien Henault y construido por Fermín Vivaceta en 1872, el edificio de la Casa Central se destaca como el más alto en su entorno. Su fachada principal, que mira hacia la Alameda, exhibe un estilo neoclásico caracterizado por una estructura simétrica, arcos que enmarcan puertas y ventanas en el primer nivel, y pilastras en el segundo y tercer piso. En el centro del edificio, un relieve muestra el escudo institucional que simboliza las facultades de Leyes y Ciencias Políticas, Medicina, Ciencias Matemáticas y Físicas, Filosofía y Humanidades, y Teología.

Andrés Bello, venezolano, fue el primer rector de esta prestigiosa institución, seguido por figuras destacadas como Ignacio Domeyko, Diego Barros Arana y José Victorino Lastarria. Desde sus inicios, la universidad se posicionó como un bastión republicano de autodeterminación, donde el Estado reconocía la importancia de la educación pública como pilar fundamental para el desarrollo de la nación independiente. Bello concebía la universidad como una guardiana de la cultura clásica, humanista y secular, comprometida con el progreso cultural y material del país, y al servicio de sus necesidades.

Los 21 cañonazos de salva que marcaron la inauguración de la universidad simbolizan su influencia en la política nacional y su compromiso con lo público. No es casualidad que, después de un período en el que el país estuvo gobernado por militares, exalumnos de la Universidad de Chile asumieron el liderazgo de la nación. Federico Errázuriz Zañartu, miembro del Partido Liberal, fue el primer presidente de este grupo, inaugurando una tendencia que continúa hasta el siglo XXI, con más de veinte presidentes graduados de esta institución, incluyendo a la primera mujer en ocupar el cargo, Michelle Bachelet Jeria.

La universidad desempeñó un papel fundamental en la promoción de la educación primaria y secundaria, así como en el avance de diversas disciplinas científicas y humanísticas, como la medicina, las matemáticas y la física. Durante las primeras décadas del siglo XX, era común que las personas más destacadas del país recibieron su formación en la Universidad de Chile, atrayendo a la élite política, económica y judicial a sus aulas.