Con sus pintorescas calles empedradas y sinuosas, el barrio París-Londres, ubicado en el corazón de Santiago, evoca el encanto y la sofisticación de las ciudades europeas que le otorgan su nombre.

Construido a finales del siglo XIX, el barrio París-Londres se inspiró en la arquitectura europea de la época, lo que le confiere una diversidad única. Cada vivienda es una obra singular, fusionando estilos renacentistas, coloniales, barrocos o neoclásicos, convirtiendo la zona en un mosaico arquitectónico encantador. Los balcones ornamentados, las puertas talladas, las rejas de hierro forjado y los faroles son solo algunos de los detalles que lo distinguen, convirtiéndolo en un enclave fascinante en el corazón de la capital. 

La historia del barrio se remonta a la presencia franciscana en la zona desde la llegada de los españoles hasta el siglo XIX. Sin embargo, debido al crecimiento urbano y problemas económicos, la orden decidió vender gran parte de sus terrenos, dando paso al diseño del barrio París-Londres a manos de los arquitectos Roberto Araya y Ernesto Holzman en las primeras décadas del siglo XX.

Un hito importante en la historia del barrio es la pérgola de las flores, recordada por una placa junto a la iglesia de San Francisco. Esta pérgola inspiró la obra teatral de Isidora Aguirre y contribuyó a darle al paseo de la Alameda un toque parisino.

A medida que avanzaba el siglo XX, el barrio vio cambios en su demografía, con familias adineradas mudándose hacia la zona oriente y nuevas actividades surgiendo en su interior. El mítico Juegos Diana atrajo diversión a la Alameda, mientras que galerías de arte, restaurantes, cafeterías y hoteles florecieron en sus calles, estableciendo el carácter bohemio que lo define hasta nuestros días.