Iglesias Patrimoniales

Basílica de Lourdes

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Relato en Lengua de Señas Chilenas

La Basílica de Nuestra Señora de Lourdes es mucho más que un simple templo mariano; es un símbolo de profunda fe y espiritualidad, así como un destacado ejemplo de arquitectura sacra, atrayendo tanto a los fieles como a los aficionados a la arquitectura religiosa.

Situada en las cercanías del Parque de la Quinta Normal, la construcción de la Basílica Nuestra Señora de Lourdes se inició en 1929, en medio de la Gran Depresión desencadenada por el colapso de la bolsa de Nueva York. Su diseño arquitectónico fusiona elementos neogóticos, evidentes en los arcos ojivales, con influencias bizantinas, destacadas por sus imponentes cúpulas, que otorgan al templo una magnificencia única. Las torres de 70 metros de altura dominan el paisaje circundante, complementadas por los vitrales coloridos que realzan su belleza y transmiten una sensación de serenidad.

En su exterior, destacan las esculturas de los 16 apóstoles de Cristo, esculpidas en piedra por la renombrada artista Lily Garafulic durante un período de dos años. Garafulic, reconocida tanto por su habilidad escultórica como por dirigir el Museo Nacional de Bellas Artes, también dejó su huella en los mosaicos que decoran el espacio bautismal y el púlpito de piedra, desde donde se celebran los servicios religiosos.

El complejo religioso incluye, además de la Basílica, una gruta y un paseo peatonal, evocando la devoción asociada al templo. La historia se remonta a 1858, cuando en la gruta de Massabielle, en Lourdes, Francia, la Virgen María se apareció a Bernadette Soubirous, instando a erigir una capilla en su honor. Este acto de fe recibió el reconocimiento del Vaticano y dio lugar a un importante centro de peregrinación.

Dieciocho años después, el sacerdote Jacinto Arriagada, devoto de la Virgen de Lourdes, obtuvo los permisos y fondos necesarios, además de la donación de terrenos, para la construcción del templo y una réplica de la gruta original.

El Arzobispo de Santiago, Mariano Cassanova, confió la administración del templo a los padres Asuncionistas, conocidos por organizar la Peregrinación Nacional Francesa al Santuario de Lourdes, tarea que continúan desempeñando hasta el día de hoy.

Con su majestuosa arquitectura y su profundo significado espiritual, la Basílica de Nuestra Señora de Lourdes se erige como un ícono no solo para los creyentes, sino para toda la ciudad, atrayendo a visitantes interesados en su riqueza cultural y turística, invitándolos a apreciar su belleza y trascendencia.

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