El Archivo Nacional de la Administración (ARNAD) y la Biblioteca de Santiago son dos instituciones de vital importancia para Chile. El primero alberga una parte significativa del patrimonio documental del Estado desde el siglo XX, siendo un recurso invaluable para la investigación. Por otro lado, la Biblioteca de Santiago no solo es la más moderna del país, sino que también es un centro cultural dinámico donde tienen lugar diversas actividades artísticas y culturales.

Ambas instituciones comparten un complejo arquitectónico originalmente diseñado para albergar los almacenes de la Dirección de Aprovisionamiento del Estado, encargada de la compra de bienes para el funcionamiento de los organismos estatales. El arquitecto Raúl Sierralta concibió el edificio en etapas sucesivas, comenzando con el ala orientada hacia la calle Moneda, seguida por la sección frente a la Avenida Portales y finalmente la de la calle Matucana. Esta disposición creó una estructura alrededor de un patio central, con cuatro pisos que alcanzan los 15.5 metros de altura, además de un sótano. El edificio se caracteriza por una marcada simetría, resaltada por un conjunto de pilastras que enfatizan su verticalidad, particularmente notable desde la vista frontal.

Construido en hormigón armado, el edificio refleja la influencia del estilo Art Decó de la época, utilizando materiales nobles como madera, cobre y acero en las puertas y ventanas. Muchos de sus elementos originales, como las puertas y ventanas, se han conservado hasta hoy.

El Archivo Nacional de la Administración alberga una impresionante cantidad de documentos, equivalentes a más de 27 kilómetros, incluyendo cerca de 600.000 imágenes. Este acervo sigue creciendo día a día debido a la legislación que requiere que los documentos antiguos sean transferidos al archivo cada año. Esta información no solo es invaluable para la investigación, sino que también sirve como evidencia crucial en acciones legales.

Por su parte, la Biblioteca de Santiago ha revolucionado el concepto de las bibliotecas públicas al adoptar un enfoque moderno e inclusivo. Además de su vasta colección de libros, ofrece una variedad de espacios diseñados para satisfacer las necesidades de diferentes grupos de edad. Destaca la “Guaguateca”, un espacio dedicado a niños menores de 4 años, donde pueden disfrutar de libros y actividades acompañados de sus padres o cuidadores. La biblioteca también cuenta con salas especializadas, como la de literatura, colecciones generales, novedades y prensa y referencia, que proporcionan recursos específicos a los usuarios según sus intereses.

Ubicada estratégicamente cerca de importantes instituciones culturales, la Biblioteca de Santiago forma parte de un vibrante circuito cultural que fomenta el acceso al conocimiento y la diversidad artística, convirtiéndola en un lugar emblemático para la comunidad.