Recorridos por la Memoria

Cementerio General

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Relato en Lengua de Señas Chilenas

Conocido como uno de los museos a cielo abierto más grandes de Chile, el Cementerio General inaugurado en 1821 ha sido una parte fundamental de la historia del país, una especie de radiografía que habla de nuestra nación en cada rincón.

En este “campo santo”, se encuentran diversos hitos que son reflejo de antiguos sucesos y también, de la historia más reciente. En sus más de 86 hectáreas de terreno se encuentran enterradas personas de todas las clases sociales y origen, entre ellos personajes de gran relevancia histórica, entre ellos, todos los presidentes del país, con excepción de Gabriel González Videla. Además representantes de la política como Clotario Blest o Gladys Marín; del mundo artístico como Rebeca Matte o Eduardo “Gato” Alquinta y de las letras entre los que se encuentra Pablo de Rokha y Marta Brunet.

Pese a que fue creado como un cementerio con orientación católica, se permitió la construcción de un sitio destinado a las personas que profesan una fe distinta con la condición de estar separado por un muro de siete metros de alto y tres de largo. Este lugar es conocido como patio de los disidentes y en él se encuentran tumbas de personas que practican diversidad de creencias. Entre ellas, la más reconocida es la de Juan Canut de Bon, protestante que practicaba la predicación en el espacio público y cuyos seguidores fueron conocidos popularmente como “canutos”. 

Es también un ejemplo de la arquitectura y la distribución de la ciudad. Entre sus tumbas históricas podemos encontrar pabellones, nichos e incluso torres en altura, sepulcros que imitan algunos de los hitos arquitectónicos más famosos del mundo, como el Taj Mahal o las pirámides de Egipto y esculturas producidas por grandes artistas. Del mismo modo, las colectividades como el circo chileno, sindicatos y hasta órdenes religiosas han construído espacios propios para el descanso eterno de sus afiliados. 

Como espacio y sitio para la memoria, también se encuentran algunos hitos que se convierten en signos de no repetición en materia de derechos humanos. Cercano al ingreso al cementerio por calle Recoleta se encuentra la tumba y memorial dedicado a Daniel Zamudio, cuyo asesinato en el Parque San Borja por razones de género, se ha convertido en un símbolo de las luchas por la igualdad. 

Un poco más hacia el oeste, por la misma entrada, se encuentra el Memorial en Homenaje a los Detenidos Desaparecidos y Ejecutados Políticos. Esta obra representa un gesto de reparación simbólica. Fue inaugurada en 1994 y creada por un grupo de profesionales, entre ellos Claudio Di Girolamo, con asesoramiento artístico de Nemesio Antúnez. Cuatro rostros esculpidos en grandes bloques de granito sobre el pavimento de la plaza simbolizan a una mujer, un hombre, un niño y un anciano que esperan juntos recuperar su dignidad en el recuerdo del pueblo.

En el sector norponiente del cementerio se encuentra el Monumento Nacional Patio 29, ahora conocido como Patio 162. Desde septiembre de 1973 hasta el año siguiente, se inhumaron desde este lugar, los cuerpos provenían mayoritariamente de hospitales o instituciones psiquiátricas, sin pasar por el Instituto Médico Legal. En el primer gobierno de Michelle Bachelet, el Patio 29 fue declarado Monumento Nacional para constituirse en un sitio de memoria muy necesario para iniciar la reconciliación.

Cómo llegar

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