Santiago entre Letras / Arquitectura y Ciudad

Museo de Santiago Casa Colorada

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Relato en Lengua de Señas Chilenas

El terremoto del año 2010 provocó serios daños en algunas importantes estructuras de la ciudad, una de ella fue el Museo de Santiago Casa Colorada, quien debió cerrar sus puertas al público y esperar con mucha paciencia, que se iniciaran las obras de restauración que le permitan nuevamente generar un espacio dedicado a la ciudad. 

A pesar de la desgracia, el cierre temporal -aunque extenso en el tiempo- se convirtió en una oportunidad para que el museo fuera repensado, sus colecciones puestas en valor y su restauración le diera a esta antigua casa, el lugar que se merece en el centro cívico de Santiago. 

Se trata de una vivienda de estética colonial, aunque fue construida casi al finalizar este período, su diseño se centra en las casas tradicionales chilenas. El característico color rojo de su fachada le da el nombre de Casa Colorada. Esta casa se destaca por ser la primera vivienda de ladrillo de dos pisos y revestida con tejas musleras (llamadas así porque se fabricaban en el muslo); poseía dos patios y, aunque se conserva sólo uno de ellos, solo con acercarnos y tocar sus grandes portones de madera, podemos llegar a imaginar que una vivienda de estas características sólo era posible para una persona muy acaudalada.

Es que en esta casa se han escrito muchas historias, todas igualmente nobles, aunque diversas en públicos y usos. Fue construida a fines del siglo XVIII para ser la casa habitación de Mateo de Toro y Zambrano, presidente de la Primera Junta Nacional de Gobierno en 1810, acto de inicio al proceso emancipador; aunque no fue éste el único aspecto en que se relacionó con la Independencia, porque también fue cuartel del ejército independentista después de la Batalla de Chacabuco tras ser requisada por el gobierno de Bernardo O’Higgins y posteriormente con Thomas Cochrane, conocido como Lord Cochrane, a quien se le concedió el uso de esta vivienda mientras participaba de las batallas por la independencia y que luego retornó al gobierno chileno cuando decide retirarse del país debido a las diferencias con el general San Martín.

Tras haber sido devuelta a la familia de Mateo de Toro y Zambrano quienes ocuparon la vivienda hasta 1926, la Casa Colorada cambió de uso y se convirtió en el centro de la bohemia santiaguina. En su segundo piso funcionaron el Café Fancy, el Colonial, aunque sin duda, el más famoso de todos fue el Black and White, fundado en la década del 30’ por Silvio Tonolli, un boliche que se encontraba abierto las 24 horas del día y que podía atender a más de 2 mil clientes, según una crónica de El Mercurio. 

De este momento de la historia es la novela Chicago Chico de Armando Méndez Carrasco, que inicia con el relato del asesinato de su padre en las puertas de un local nocturno en calle Merced del cual recibe su nombre la novela, pero que se encontraba inspirado en el Black and White, lugar del que su autor era cliente recurrente, tanto como otros escritores de “papel roneo” que reflejaron la vida del hampa y el bajo pueblo de la ciudad de Santiago. Es una curiosidad al menos, que, de sus tiempos bohemios, las cocinerías, la fritanga y el aceite permitieron conservar en muy buen estado sus pisos, hecho que hoy nos permite recordar las mil vidas de este inmueble, hoy como parte del circuito cultural de la ciudad de Santiago.

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