Parques de Santiago
Parque Forestal
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Relato en Lengua de Señas Chilenas
A pesar de su imagen actual, consecuencia y evidencia del cambio climático, el río Mapocho es el corazón de la ciudad de Santiago. Su presencia en el valle permitió, entre otras razones, la posibilidad de un asentamiento humano en este lugar, incluso antes de la llegada de los españoles e incas. Sin embargo, su caudal fue también un problema constante para el desarrollo urbano debido a que también, ese río que aumenta su nivel durante el invierno y la primavera, se desbordaba inundándolo todo.
Por esta razón, algunos de los proyectos de ingeniería más importantes de la Colonia circundaron alrededor de su cauce: la construcción de un gran puente que conectara el norte y el sur de la naciente ciudad; y unos tajamares para dirigirlo. Con el paso de los años y con nuevas técnicas, el río fue definitivamente canalizado. Esto permitió que, parte del terreno ganado al río, fuera reconvertido en un nuevo espacio público
Para lograr este objetivo, el intendente de Santiago Enrique Cousiño, contrató al paisajista francés George Dubois quien propuso un diseño de paseo que comenzó a ser arborizado en 1894. Además de sus palmas, encinas, araucarias y plátanos orientales, en 1906 se inauguró una laguna, de la que hoy sólo tenemos como testigo su embarcadero con forma de castillo y donde actualmente funciona un restaurante.
El Parque Forestal es, además, un museo a cielo abierto, porque en sus 17 hectáreas de extensión es posible encontrar diversos monumentos públicos que constituyen obras de arte icónicas para la ciudad, como la conocida Fuente Alemana. Esta escultura fue donada por la comunidad alemana residente en Chile con motivo del centenario del país y representa los valores del pueblo chileno. Un origen similar tiene el Monumento a la gloria, ubicado frente al Museo Nacional de Bellas Artes y donado por la comunidad francesa al país. También podemos encontrar en este recorrido los monumentos a los escritores de la Independencia y el monumento en honor a Bartolomé Mitre. También podemos admirar la robusta escultura del caballo donado por el artista colombiano Fernando Botero a la ciudad de Santiago en 1997.
Además del Museo Nacional de Bellas Artes y el Museo de Arte Contemporáneo (antigua Academia de Bellas Artes), el Parque Forestal ha sido lugar de encuentro de grandes artistas y artesanos. Famosas fueron las Ferias de Artes Plásticas donde presentaban sus trabajos Manzanito, Violeta Parra y Nemesio Antúnez durante la década de los sesenta; y fue también el lugar escogido por Pedro Lemebel para realizar su performance fuego y neoprén. En este mismo parque, el año 2002, un fotógrafo estadounidense llamado Spencer Tunick logró convocar a cientos de chilenos completamente desnudos en lo que fue una revolución de las artes.
Desde 1967 recibe el nombre de Parque Forestal Rubén Darío, en honor al poeta nicaragüense avecindado en Chile, razón por la cual se erigió una escultura y pileta en su honor en el parque a la altura de calle Estados Unidos.