La Ruta de los Poderes / Parques de Santiago
Plaza de la Constitución
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Relato en Lengua de Señas Chilenas
Las plazas fueron un elemento de gran relevancia durante la colonia, porque permitían ordenar los conjuntos urbanos y marcaban el nacimiento de nuevos asentamientos a partir de los cuales, la ciudad crecía. Por esta razón, la Plaza de la Constitución es contemporánea al Palacio de la Moneda, aunque, por ese entonces, era apenas una pequeña plazoleta que permitía observar la imponencia del inmueble que sería más tarde sede de gobierno.
Enfrentando al Palacio de La Moneda, se encontraba el Ministerio de Guerra y Marina, algo que podríamos calificar como el antecesor del actual Ministerio de Defensa, por lo que la plazoleta tenía un sentido público muy marcado. Por esta razón fue engalanada con plátanos orientales y varias fuentes de agua.
Esta imagen se mantuvo más o menos sin modificaciones hasta mediados de 1930 cuando, siguiendo la propuesta del urbanista austriaco Karl Brunner, se decide poner en valor los edificios que representan a la república, creando un barrio cívico. Para el diseño de la plaza, se convocó a un concurso público que fue ganado por Eugenio Freitag, y aunque su objetivo final no se cumplió del todo, porque se eliminaron e incorporaron elementos a su propuesta, pudo sentar sus bases. Algunos años después, sin embargo, la idea original quedó completamente marginada a un estacionamiento de automóviles que ocupaba todo el espacio que antes fuera considerado plaza.
A su alrededor, poco a poco, se fueron ubicando una serie de edificios de carácter moderno: el periódico La Nación, el edificio del Seguro Obrero y algunos ministerios. De este entorno, el único que ha permanecido casi sin modificaciones en el tiempo, es el monumento dedicado a Diego Portales, quien fuera ministro de Guerra y Marina e ideólogo de la Constitución de 1833, una recordada por sentar las bases de un gobierno fuertemente autoritario.
La forma que posee actualmente la plaza corresponde a un proyecto realizado por los arquitectos Ana Luisa Devés y Cristian Undurraga entre 1978 y 1983. A diferencia de sus antecesoras, ésta es una propuesta que mezcla la plaza dura con áreas verdes, controlando la circulación de los peatones e incorporando estacionamientos subterráneos, liberándola así de la función que había tenido hasta antes del golpe.
En ella, además del monumento a Portales, se encuentran los monumentos a Jorge Alessandri Rodríguez, Eduardo Frei Montalva y Salvador Allende, los que representan históricamente los tres tercios de la política chilena (izquierda, centro y derecha). El último mandatario en ocupar un lugar en esta plaza es el monumento dedicado al presidente radical Pedro Aguirre Cerda cuyo lema “gobernar es educar” es uno de los más recordados de este periodo.